Moscú 3442 km

Moscú 3.442 km es una obra inspirada libremente en Tres hermanas de Chejov, una obra cargada de humor que plantea interrogantes sobre el sentido de la vida, el amor, la pasividad o la acción ante la crisis social y vital.

Los actores nos cuentan de qué va Tres hermanas, se presentan (Antonio Lafuente como una de las hermanas), hablan del significado de la obra y nos escenifican algunos fragmentos. A veces, nos hablan de la realidad actual, de nuestra crisis...

A pesar de la fragmentación y del cambio de registros, curiosamente, consiguen transmitirnos el espíritu de los personajes de Chejov y su reflejo actual; personajes indolentes, aburridos, que no retoman las riendas de sus vidas. Moscú como una meta idílica que plantean pero que nunca ponen los medios para alcanzarla.

La obra se levanta gracias a la espontánea, desenfadada y muy buena actuación de los tres actores. Hay mucha química entre ellos y la transmiten al público (rompen la cuarta pared con frecuencia).

Patricia Benedicto tiene muchas cosas que decir pero debería construir una adecuada unidad narrativa, contenerse, enfocar lo que quiere decir. Tal y como veo esta representación, su mayor valor queda en el análisis de la obra de Chejov y las ideas que expone, pero eso, expone, no desarrolla, no da cuerpo sólido a su dramaturgia (antítesis del teatro chejoviano).

La utilización de micrófonos, que me saturó la temporada pasada, parece que continúa vigente aunque rara vez esté justificada.

Una obra entretenida en la que pasas un buen rato planteándote los entresijos de la vida y la sociedad en crisis y disfrutas con la complicidad de estos actores.