Marco Aurelio
Me entristece que este tipo de obras se acepten en el Festival de Mérida. Una celebración del teatro, en un lugar tan especial como el teatro de Mérida, debería seguir cuidando la selección y buscar obras, que más allá de la temática clásica y de ser una compañía local extremeña, sean merecedoras de representarse. Desplazarse a este lugar y encontrar obras nefastas como este Marco Aurelio puede hacer que Mérida deje de ser un lugar de referencia y un lugar de encuentro de teatro. Siempre habrá turistas que, ya que están, acudirán al evento, pero esa no es la solución: no estamos hablando de rentabilidad sino de ser un referente mundial.
Marco Aurelio quiere representar la frustración del poder cuando se quiere gobernar desde la sabiduría pero tiene que enfrentarse a la guerra, la peste, la injusticia. Su hijo Cómodo es la antítesis, un personaje que disfruta peleando como gladiador y detesta la política de su padre: hay que gobernar con mano dura, vencer al enemigo, acabar con los cristianos... El galeno (hombre discreto, impotente ante la enfermedad del César) y el esclavo (cristiano que ama con devoción a su amo), a la cabecera del emperador, son los otros personajes destacables.
El espectáculo ofrece varios números musicales bien coreografiados que amenizan, cada cierto tiempo, la dramaturgia.
El discurso de Marco Aurelio resulta banal cuando pretende ser filosófico y profundo, repleto de lugares comunes. Cómodo es una parodia del malvado de serie B: zancadas furiosas, gesticulante, gritón, risa estentórea... La dirección de los actores en el espacio escénico del Bellas Artes carece de rumbo. Vicente Cuesta realiza una declamación monocorde; Cándido Gómez, como el galeno, no sabe qué hacer con sus manos (recurre a colocarlas en la barbilla figurando que piensa, por ejemplo). Gabriel Moreno nos ofrece un personaje temeroso, devoto, sin fuerza, plano.
No entiendo la crítica magnífica que la prensa escrita dedicó a esta obra en su estreno en Mérida. Desde mi punto de vista, lamentable representación en todos sus aspectos: una clase de cómo no hacer teatro.
Texto: Agustín Muñoz Sanz
Dirección: Eugenio Amaya
Actores: Vicente Cuesta, José Vicente Moirón, Gabriel Moreno, Cándido Gómez, María Luisa Borruel, Fermín Núñez, Roberto Calle
Ayudante de dirección: Jorge Moraga
Escenografía: Diego Ramos
Coreografía: María Lama
Producción: Teatrapo Producciones y Festival Internacional de Teatro Clásico
Teatro: Bellas Artes
5 a 9 abril 2017. Estreno en Festival Mérida 2016.