top of page

Troyanas


Troyanas de Alberto Conejero es una versión libre de la obra de Eurípides que consigue acercarnos al espíritu y la lírica del autor griego para hablar de las víctimas de la guerra, de las mujeres abandonadas a su suerte. El texto es de una gran riqueza dramática y lírica, con palabras que parecer surgir del genio original. En el teatro de Mérida mágicamente los tiempos se mezclan, el espacio y el texto, la vida y la muerte.







Pero Carme Portaceli naufraga en la dirección actoral y escénica. Una vez más el espacio del teatro de Mérida se convierte en una inmensidad que separa y no une a unos personajes que viven la misma desgracia.


Nos encontramos en el momento en que Troya ha sido derrotada y los vencedores griegos se reparten el botín, incluidas las mujeres. Hécuba, la mujer del rey Príamo, ha visto morir a sus hijos y ahora la esclavitud de sus hijas, de su pueblo. Se niega a enmudecer, no quiere que la historia sea escrita solo por los vencedores. El dolor, el grito, la entereza, la fuerza, se alternan en este personaje al límite de lo que puede soportar un ser humano. Su hija Casandra será la concubina de Agamenón, su nieto será sacrificado para que no se convierta en un héroe... Ella misma desconoce al principio cual va a ser su destino.


El escenario está lleno de cadáveres amortajados, sobre una enorme T caída se proyectan imágenes de guerras cercanas, del pueblo sirio masacrado... La certera escenografía de Paco Azorín nos acerca esta guerra de Troya a las guerras que seguimos viviendo.


Un mensajero griego va trayendo las noticias (el único hombre en la obra), un mensajero que se resiste a intervenir ante la injusticia que porta y ve, que no quiere problemas..."Al final todos obedecemos, todos hacemos lo que nos mandan, miramos para otro lado; tratamos de seguir adelante, de sobrevivir. Porque cada uno de nuestros días es una guerra"


La dirección interpretativa de Hector Alterio conduce al rico personaje del mensajero a un ser que andaba por escena tambaleante, sin rumbo, con extraña voz impostada, anulando las posibilidades que sobre el papel podía tener.

Los diálogos entre mujeres resultaban fríos, cada una hablando desde un extremo, como un diálogo formado por dos monólogos independientes, sin conexión.

Hécuba es un papel muy difícil de interpretar, exige contención, no empezar en el tono más alto desde el principio, hay que permitir interiorizar el dolor... Aitana Sánchez Gijón grita desde el inicio, no modula.

El papel de esta Helena (Maggie Civantos) es uno de los más deslucidos que he visto, por la ausencia de interacción en el diálogo y limitaciones interpretativas. Alba Flores como Políxena está correcta, a pesar de una elección decorativa/ritual del personaje (está desaprovechado). He disfrutado con la interpretación de Miriam Iscla (Casandra), la mejor de la noche.


El maravilloso texto de Conejero se impone. Perdurará y habrá otras ocasiones de verlo en escena.

Estas Troyanas todavía no se han publicado pero se puede disfrutar de otro gran texto original de Conejero que bebe de las mismas fuentes clásicas y contemporáneas: Clitemnestra


Texto: Eurípides

Versión libre: Alberto Conejero Dirección: Carme Portaceli

Actores: Aitana Sánchez Gijón, Ernesto Alterio, Alba Flores, Maggie Civantos, Pepa López, Míriam Iscla, Gabriela Flores

Ayudante de dirección: Judith Pujol Escenografía: Paco Azorín Vestuario: Antonio Belart Iluminación: Pedro Yague Banda sonora: Jordi Collet Coreografía y movimiento escénico: Ferrán Carvajal Producción: Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Teatro Español y Rovima Producciones

Teatro Clásico de Mérida: del 19 al 23 de julio de 2017

Duración: 90 minutos

Busco...
PRÓXIMOS RETOS
OBRAS DE TEATRO
OBRAS DE LITERATURA

Únete ahora a nuestra lista de correo

bottom of page