Escenas de caza
Gran expectación por ver Escenas de caza, un proyecto en el que se une la dramaturgia de María Velasco y la dirección escénica de Alberto Velasco. El resultado ha sido decepcionante, he perdido el interés con lo representado tras el monólogo inicial, no he conseguido conectar. Ideas que se decían, alguna escena con cierta garra visual pero todo deshilvanado, discursivo; cierta monotonía que ha conseguido que fuera aburriéndome.
No he podido evitar personalizar emociones en esta crítica, pero es que María Velasco es todo menos discursiva, monótona y Alberto Velasco es energía en escena. Pero aquí no.
La función empieza con aullidos de lobos. Aparece un hombre en mitad de la noche. Nos habla del lobo vestido de cordero, del chivo expiatorio, de la fuerza de la masa, de la sociedad que aniquila al diferente... Un monólogo cautivador. Cuando deja de hablar y se gira nos damos cuenta que su espalda ha sido atravesada por múltiples flechas. En la siguiente escena nos encontramos en una fiesta de pueblo, en plena juerga, jóvenes bailando, comiendo, divirtiéndose. Uno de los jóvenes ha vuelto al pueblo tras una larga ausencia...
El teatro de María Velasco, sin buscar definiciones, es un teatro donde el argumento no es lo más importante sino las ideas que quiere volcar, ideas múltiples como la compleja realidad que nos rodea, ideas que integra en una dramaturgia. El individuo es analizado, más bien desnudado.
Sus propuestas, por muy extrañas que puedan resultar, suelen conseguir que todos los elementos formen parte de un todo, no se ven las costuras, no se ven añadidos. Algo que hasta ahora parecía surgir de forma natural pero que aquí no ha logrado.
Aquí el texto funciona a golpe de discurso, aceptable en el monólogo inicial si hubiera quedado ahí. Este texto pierde fuerza en los diálogos de los jóvenes y sufre un coitus interruptus continuo con las escenas corales con sello de Alberto Velasco. Recordar la energía de "Danzad malditos" y ver estos bailes discotequeros como bailes de San Vito, o las escenas sexuales de grupo descafeinadas, deja desplomado.
Los elementos que contextualizan con la realidad inmediata parecen impostados para obtener la sonrisa fácil: menciones a Puigdemont, el carril bici...
La escena del cerdo sacrificado del que beben un líquido lechoso y luego 'pare' una joven me dejó indiferente, no había entrañas, pasión en ella.
Y lo mismo puedo decir la escena de la comida de panceta con música de Pergolesi.
Lo mejor: la iluminación.
Escenas de caza es una obra de la que paso página en espera de otros retos.
Texto: María Velasco
Dirección: Alberto Velasco
Intérpretes: Carmen del Conte, Karmen Garay, Rubén Frías, Borja Maestre, Sara Párbole, Txabi Pérez, María Pizarro Pérez, Julio Rojas, Sam Slade
Diseño de iluminación: David Picazo
Escenografía: Alessio Meloni
Vestuario: Sara Sánchez de la Morena
Producción: Malditos Compañía
El Pavón Teatro Kamikaze
6 al 18 de febrero de 2018
Duración: 100 minutos
María Velasco es una autora inteligente, muy personal, siempre con una crítica que nos provoca de forma convulsa para generar una reacción, sin pelos en la lengua. Ha escrito la impactante "Si en el árbol un burka", "Tratado para saber vivir para uso de las viejas generaciones" o "La soledad del paseador de perros".
"Petite mort" fue un precedente reciente que adolecía de defectos dramatúrgicos similares a estas escenas de caza. Esperemos que siga líneas anteriores.