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Una humilde propuesta


Una propuesta muy cínica que provoca en el que la escucha desconcierto aunque se nos presente de forma muy razonada. Un monólogo que nos lleva de la conferencia a la cocina. Este original ensayo de Swift (el autor de Los viajes de Gulliver) tiene un recorrido limitado y es el principal inconveniente que presenta esta breve función. Laila Ripoll ha servido el plato muy bien sazonado y con los mejores ingredientes. Genial el actor Mariano Llorente.


Hablar de esta obra supone contar el argumento y romper con el efecto sorpresa. Ocurre lo mismo si te lees el folleto que te entregan a la entrada del teatro...


Mariano Lorente se mueve por el escenario exponiendo su metódica teoría como si asistiéramos a una conferencia científica para pasar, a continuación, a un fogón en el que cocina un suculento plato como si fuera nuestro entrañable Karlos Arguiñano. El humor cínico servido con seriedad es la forma más inteligente de llevarlo a escena.

El conferenciante ofrecerá al público un vino, que podremos repetir si queremos, más tarde probaremos un aperitivo y, al final, llegará la degustación del plato estrella que ha ido cocinando.

Estos momentos, en los que el actor y unos ayudantes nos ofrecen bebida y comida, sirven para marcar una pausa en el discurso, pausa necesaria porque la exposición se aligera y no agota al espectador, sobre todo porque algún argumento se repite o no añade algo significativamente nuevo. También la música permite respirar al discurso. Como decía al principio, la propuesta es muy original y provocativa pero limitada.

Argumento: el autor/actor nos propone un proyecto para solucionar uno de los problemas históricos más graves que padece la humanidad. Durante su exposición apuntará en una pizarra los datos que apoyan su propuesta. Así, con gran seriedad y parsimonia, de forma muy razonable, nos demostrará que lo mejor que podemos hacer para acabar con la pobreza del mundo es comernos a los bebés de los pobres cuando cumplen un año, más digestivos y menos costosos que si esperamos a que se hagan adultos. Un menú suculento que podrán disfrutar y pagar las clases más ricas. Por una parte, conseguiremos disminuir el número de pobres y, por otra, la diferencia económica entre una clase y otra se acortará, al mismo tiempo que los pobres dejarán de ser un conflicto al estar agradecidos.

Cada uno que saque sus conclusiones pero ¿qué nos cuenta la obra, además de mostrar un individuo de una clase social alta que sería capaz de proponer algo monstruoso de forma fría y razonable para él y alguno de su entorno?

Una humilde propuesta es un breve y sarcástico divertimento.

Jonathan Swift publicó este ensayo satírico en 1729 con el título de Una humilde propuesta para impedir que los hijos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o para el país.

Texto original: Jonathan Swift

Dirección y versión: Laila Ripoll

Intérprete: Mariano Llorente

Escenografía: Arturo Martín Burgos

Ayudante de dirección: Héctor del Saz

Vestuario: Almudena Rodríguez Huertas

Iluminación: Marta Martí

Música: Mariano Marín

Producción: Micomicón

Teatro: El Pavón Teatro Kamikaze- Ambigú

16 de enero a 3 de febrero de 2019

Duración: 60 minutos

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