Monsieur Goya. Una indagación
Reconozco que las obras de José Sanchis Sinisterra no suelen gustarme por varias razones. Una de ellas, muy marcada en esta ocasión, es el intento de ser original, jugar al "todavía soy joven" y el resultado, además de poco innovador, resulta artificial.
Representar un episodio de la vida, la más desfavorecida, de un pintor como Goya, sin la presencia en escena del propio Goya, es una premisa que puede dar mucho juego. Si, además, hay una voz en off que es el autor e interviene, a modo de demiurgo, con los personajes/actores y éstos se desdoblan en su doble faceta y rompen la cuarta pared, ahí tenemos todo un juego de recursos, ya utilizados, pero que permiten derivaciones fuera del teatro convencional que podrían ser inexploradas, sustanciales y enriquecedoras. Podría, pero no ocurre. El metateatro es uno de los recursos más complejos y difíciles de llevar a escena. Hace falta que detrás haya un sólido autor y Sinisterra no alcanza a crear un engranaje consistente y trascendente. Se queda en superficie, tímido, sin inspiración. Incluso recurre al humor más simple como arma (ineficaz) para superar las barreras.
En 1824 Goya abandona Madrid y se exilia a Burdeos, con su ama de llaves, Locadia, y los dos hijos, Rosario y Guillermo. A esa ciudad acude otro expatriado, su amigo Moratín. Aunque el protagonista de la obra es Goya, su pintura y la España convulsa de aquella época, Goya no aparecerá en escena. Serán las personas que conviven con él, Moratín y otros secundarios como la lechera, los que de forma indirecta nos irán contando los hechos entorno al pintor. El dramaturgo de la obra, voz en off de Alfonso Delgado, interpelará a los actores/personajes desde el patio de butacas: les hará repetir escenas cuando tenga dudas sobre los resultados, discutirá con los actores, etc
Una escena: Moratín está echando pan a las gallinas, "pito, pito, pito". El autor se dirige al personaje/actor y le pide que relate un episodio conflictivo que vivió antes de abandonar España. Con desgana, nos describe la batalla como si fuera un recitado de lección (perdemos el interés histórico y trágico del episodio). Otra escena: Leocadia se dirige al público, se sienta al borde del escenario para reflexionar sobre los límites entre la persona real y el personaje, las palabras que no son suyas y las hace suyas... todo bien si no adoptara al principio un tono desenfadado, más propio de comedia informal, en el que nos dice que ella se llama Inma Cuevas y que la busquemos en el programa, que los actores están por orden alfabético, etc.
Son dos escenas que resumen la ausencia de pulso, la debilidad de la estructura de la obra que he visto. Romper la cuarta pared, utilizar el metateatro, incluir al autor como un personaje más, exige un tejido escénico resistente, el equilibro es delicado. Hay varios diálogos del autor con los personajes que destilan la misma falta de resolución que en los ejemplos dados.
Por otra parte, encuentro que hay demasiadas conversaciones de criados, escenas de cotilleos, flirteos que, carentes de interés y chispa, diluyen el argumento principal.
Las proyecciones y la iluminación merecen todos los elogios, por sí solos consiguen crear atmósferas que nos acercan al mundo imaginario de Goya, con mucha más fuerza que gran parte del texto, y de gran belleza.
La voz profunda de Alonso Delgado resulta excesiva, muy literaria y sobredimensionada. Inma Cuevas y Alfonso Torregrosa encarnan dos personajes que les permite mostrar su cualidad interpretativa.
Monsieur Goya. Una indagación es una obra pretenciosa que intenta con la suma de elementos una carga de profundidad de la que carece.
Texto y dramaturgia: José Sanchis Sinisterra
Dirección: Laura Ortega
Intérpretes: Alfonso Delgado (voz en off), Inma Cuevas (Leocadia), Alfonso Torregrosa (Moratín), María Mota (Rosario), Andrea Trepat (Margot), Fernando Sainz de la Maza (Guillermo), Font García (Antonio)
Videoescena: Daniel Conogar
Iluminación: Francisco Javier Sarrión
Vestuario: Almudena Bautista
Producción: Fernán Gómez
Teatro: Fernán Gómez 19 de septiembre a 10 noviembre de 2019
Duración: 100 minutos