Crematorio (2007) de Rafael Chirbes
LITERATURA
Las sombras del mundo empresarial español a través de una historia familiar con múltiples voces que nos hablan sobre todo de la complejidad de las relaciones: ambiciones, miedos, amistad, lealtades y traiciones, soledad, cinismo, sueños...
La novela se centra en la vida de Rubén, arquitecto y empresario que ha conseguido enriquecerse con el desarrollo urbanístico de la costa valenciana. Todo comienza con la muerte de su díscolo hermano, Martín, y la preparación de su cremación. Múltiples personajes irán apareciendo, cada uno evocará sus pensamientos, dispersos, ofreciéndonos algunas piezas de la historia familiar como un rompecabezas que siempre quedará incompleto y en el que cada lector irá extrayendo una imagen, difusa, como la que podemos tener de cualquier historia familiar, la propia incluso.
El libro se estructura en trece capítulos y en cada uno de ellos da voz a los pensamientos de un personaje diferente, aunque se repitan. Escrito en tercera persona, el autor decide claramente la parte de rememoranza que nos quiere permitir conocer; por otro lado, utiliza la primera persona con Rubén consiguiendo una mayor ambigüedad en los hechos que nos cuenta.
No sorprenderá saber que Rubén es una persona que en el transcurso de su vida, en el camino de su ambición, ha ido perdiendo amigos y familia, ha ido perdiendo ideales (si alguna vez los tuvo) y humanidad. Un arquitecto enamorado del arte, que visitaba Europa con su primera mujer para conocer las riquezas arquitectónicas del mundo, y que acaba defendiendo a ultranza el aspecto utilitario de la vivienda, la explotación del espacio natural como algo inevitable, dependiente de la demanda, mientras se enriquece y utiliza todas las maniobras "necesarias" para seguir construyendo.
Mónica es su segunda mujer, treinta años más joven que él; un ejemplo de persona superficial, banal y decorativa.
Silvia, la hija de su primer matrimonio, es el fracaso personal de Rubén: no tomó las riendas del negocio y prefirió dedicarse a la restauración de arte. Silvia se encuentra metida en una crisis matrimonial, casada pero con amante "tener un pie fuera del matrimonio para que el matrimonio pueda seguir adelante" (tal y como ella se autojustifica) y en una crisis maternal por el alejamiento de su hijo adolescente.
El dibujo de Matías, sin voz propia, será esbozado por varias fuentes, pero sobre todo por el propio Rubén: un tipo encantador, el favorito de su madre (llevará la gestión de las tierras familiares), revolucionario de joven y ecologista de mayor, sin rumbo definido.
Otros personajes, fuera de la familia, permiten acercarnos a aspectos muy diferentes del protagonista. Por una parte está Collado, el hombre de confianza y capataz para las obras, a quien Rubén abandonó cuando ya no le era útil, un hombre que naufraga entre la corrupción y la droga (a través de Collado obtenemos algunas pinceladas de los negocios oscuros de Rubén) y, por otra parte, el amigo perdido, Federico Brouard, un escritor ya en decadencia, borracho, deshumanizado, enfermo terminal, que tiene a Juan, el marido de Silvia, como biógrafo.
En el libro predomina la descripción de pensamientos de cada uno de los personajes frente a elementos narrativos, el autor recurre a frases largas en las que se acumulan repetidas apreciaciones con un exceso de incontinencia que puede abrumar en algunas ocasiones o puede emborronar, convertir el relato en algo innecesariamente farragoso cuando la historia contada ya ofrecía suficiente interés y claridad.
El estilo es directo, con frases no muy elaboradas al intentar reflejar pensamientos, un lenguaje hablado-pensado-inmediato. A veces el autor parece enredarse y así lo deja, otras veces las expresiones resultan demasiado vulgares y nos agota ("No me hago el ánimo de viajar", es uno de los múltiples ejemplos que podría dar).
El gran valor de "Crematorio" es el complejo entramado familiar y de amistades que poco a poco completa el caleidoscopio de un grupo social de la España de la segunda mitad del siglo XX. Además, la novela nos ofrece a lo largo de sus páginas muchas ideas o imágenes muy interesantes, algunas realmente impresionantes. Por supuesto, en un texto tan profuso, hay ideas o conceptos que no comparto con Chirbes.
Otro aspecto destacable de la novela es el tono cínico que utiliza en ocasiones Chirbes, en algún momento tan inesperado que cae como un mazazo, y su sentido del humor. Lástima que no decidiera dar más cancha a estos recursos.
Quiero destacar algunos episodios que me han parecido muy buenos: la semblanza de la decrepitud en la vejez y en la enfermedad (física y del alma), reflejado en el personaje de Brouard; el deterioro de la persona sin aspiraciones, la obsesión por el sexo y la droga, en el personaje de Collado; la inmoralidad de Rubén y Julián en algunos de sus pensamientos; la descripción del capitalismo degenerado representado por esos viejos millonarios que se unen a jovencitas que dilapidan la fortuna "demasiado viejo y demasiado cínico para seguir teniendo corazón: si ni le bombea la sangre imprescindible. Le han tenido que poner un marcapasos"...
Aquí os dejo algunos párrafos del libro:
"La amistad desapareció hace decenios. Sin embargo, los conceptos (que sustituyen a lo que él quisiera que fuesen recuerdos y sentimientos) no llegan totalmente carentes de materia, aunque son más bien desvaídas manchas, más borrón que figura con volumen, e incluso la punzada que traen con ellos es un aguachirle de viejos sentimientos, más una aguada del dolor que un verdadero instrumento punzante" Brouard en relación a Rubén (p.129)
"Nadie puede recordar eso. Sólo yo. Y cuando yo no lo recuerde, habrá dejado de existir.[ ] Me parece un despilfarro: haber vivido y luego dejar de vivir. Haber grabado todo eso en algún lugar y luego cubrirlo para siempre" Rubén y sus recuerdos de Matías (p.17)
"El miedo es un cultivo biológico para el mal" (p.74)
"Matías ha sido irresponsable, en el sentido en el que la constitución española define al monarca. No ha estado obligado a nada, ni ha tenido que rendir cuentas ante nadie" dice con cinismo Rubén (p.181)
"Hay arquitectos, hay músicos, hay pintores, y hay unos cuantos iluminados a los que admiramos, pero no se nos ocurre ser como ellos. Yo soy arquitecto. Hago casas, no monumentos" define con claridad el pensamiento de Rubén (p.282)
Editorial: Anagrama
Páginas: 415
Rafael Chirbes (1949-2015) es un escritor valenciano que recibió el Premio Nacional de la Crítica y el premio Cálamo por "Crematorio". Otras obras destacables son "La larga marcha" (1996) y "En la orilla" (2013).
Mi próxima lectura del autor será "La caída de Madrid" (2000).
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