Edipo. A través de las llamas

Las palabras, su poesía y su inspiración, para volver a reflexionar sobre el destino y las decisiones del hombre a través del Edipo de Sófocles y Paco Bezerra. La belleza cautivante del escenario: intenso azul, blanco vestuario, dramática iluminación, música enigmática ¡y esa coreografía! ¡ah...y esa esfinge!

Paradoja a la que nos enfrentamos cuando todos esos elementos son servidos en frío por Luis Luque.

"Edipo. A través de las llamas" es una obra con un texto de gran lirismo que selecciona algunos momentos de la historia de Edipo para centrarse en la filosofía vital del personaje, su evolución, las decisiones que debe tomar; un hombre que crece a pesar, y por ello mismo, de la tragedia de los acontecimientos. El destino se impone pero la decisión final será del individuo. El texto de Paco Bezerra profundiza en los dilemas y reflexiones del personaje, hay amplios monólogos que como espectador te emocionan y como lector deseas disfrutar, desmenuzar de forma pausada.

Pero una obra en escena es mucho más que el texto y en su representación encuentro graves carencias.

Se ha destacado la juventud y multirracialidad de los actores; habría que hacerlo si la interpretación fuera remarcable. Alejo Sauras ha realizado su mejor trabajo, ha sorprendido al saber llevar un papel tan complejo y su monólogo final lo ha bordado (era el fundamental corolario del texto), pero le ha faltado pasión, matices que enriquecieran un personaje tan grande y aquí ha resultado muy plano en escena. Peor suerte hemos tenido con el resto de actores, muy limitados: la entrada poco convincente de Álvaro de Juan (más chaval, en tono e interpretación, que un adulto Creonte), la inexistente química entre Mina El Hammani (Yocasta) y Alejo Sauras, la ausencia de expresión dramática de Mina El Hammani...

A estas carencias hay que añadir la fría dirección de Luque. Ha sido una inesperada sorpresa: baste recordar alguna otra colaboración con Bezerra, van nueve, para saber que dirige con pasión y es un gran director de escena y actores. Desde el último clásico "Fedra" hasta "Lulú" o "Dentro de la tierra", a veces pasión contenida como en "El pequeño poni". Este Edipo me ha recordado a una obra operística en la que los intérpretes se pasean por el escenario sin interactuar, como si los actores siguieran con su máscara griega. Un ejemplo: el suicidio de Yocasta está representado como una salida de escena, como si fuera a coger el metro... Tampoco me ha parecido un acierto la decisión de que Jiaying Li interpretara en chino, con sobretítulos, fuera de lugar en un contexto de clásico griego (además, el lenguaje chino es más breve que el nuestro y los sobretítulos había que leerlos muy deprisa... perdiendo significado y tempo dramático).

El hipnotismo que consiguen Mónica Boromello (espacio escénico), Juan Gómez-Cornejo (iluminación), Mariano Marín (música), Sharon Fridman (coreografía) y Almudena Rodríguez (vestuario), todos inspirados y geniales en su trabajo y que, en definitiva, es lo que arropa, matiza y da un significado adicional a la obra en escena, no se correlaciona con las carencias que vemos en la interpretación y dirección.

Texto: Paco Bezerra

Dirección: Luis Luque

Intérpretes: Alejo Sauras (Edipo), Jonás Alonso (Yelmo), Julia Rubio (Esfinge), Mina El Hammani (Yocasta), Álvaro de Juan (Creonte), Jiaying Li (Tiresias), Alejandro Linares (Mensajero), Andrés Picazo Diseño de espacio escénico: Monica Boromello

Coreografía: Sharon Fridman

Iluminación: Juan Gómez‐Cornejo

Vestuario: Almudena Rodríguez Huertas

Música original: Mariano Marín

Diseño de videoescena: Bruno Praena

Ayudante de dirección: Álvaro Lizarrondo

Producción: Teatro Español, Festival Internacional de Mérida y Pentación

Teatro Español. Sala Principal

Del 8 de septiembre al 31 de octubre de 2021