El guardián entre el centeno (1951) de J.D. Salinger
Esta clásica novela destaca por su original propuesta narrativa de utilizar un lenguaje propio del adolescente narrador y reflejar su mundo. No obstante, ese gran acierto también acaba convirtiéndose en su propia limitación expresiva y su agotamiento.
Holden Caulfield tiene 16 años y acaba de fracasar, una vez más, en sus estudios: ha sido expulsado del colegio y le quedan unos dÃas para volver a su casa por Navidad. Hay un partido de fútbol y pocos quedan en la residencia. El compañero de habitación le pide prestada su chaqueta para salir con una exnovia suya, el vecino de la habitación de al lado se muestra desagradable (además, apesta a sudor), se pelea con el compañero, la conversación de despedida con su admirado profesor ha sido un fracaso... Decide irse esa misma noche a Nueva York y alojarse en un hotel, demorar el regreso a casa. Serán unos dÃas caóticos en los que quedará con alguna chica, tendrá encuentros con amigos o desconocidos, incluso hará una visita nocturna para ver a su hermana pequeña sin que sus padres se enteren.
El resumen argumental tenÃa, en esta ocasión, el objeto de dejar claro que en la novela no ocurre nada especial en la vida de este adolescente, en esos dÃas que transcurren entre la expulsión y el regreso al hogar; habrá algún recuerdo, anécdotas de sus compañeros, poco más. Todo el interés recae en la asombrosa capacidad de Salinger en meternos en la mente del adolescente, ser testigos de cómo se ve y cómo entiende el mundo de los adultos a esa edad, constatar en los pequeños detalles la profunda desconexión que existe entre los jóvenes y los adultos. Holden critica casi todo lo que observa: la hipocresÃa y las frases bienintencionadas, los formalismos (que él mismo utiliza para escabullirse de situaciones incómodas, tÃpica incongruencia o falta de conexión entre el pensamiento y los hechos). Al mismo tiempo, la descripción de sus compañeros deja en evidencia el egoÃsmo de la juventud y la soledad que sufre al no haber encontrado a nadie con quien compartir sus sentimientos. El mundo de las chicas y la obsesión por el sexo, propia del adolescente, estará muy presente en el libro: la torpeza caracterÃstica para abordarlas, las conversaciones infructuosas, la timidez y la reacción impulsiva que estropea la relación, sus arrebatos sentimentaloides...
En la novela hay algunas escenas divertidas, embrollos tÃpicos en los que cae el protagonista cuando empieza con alguna mentira insustancial o historia inventada para no tener que dar explicaciones o por simple evasión; son restos de las mentiras de la infancia, ecos de los cuentos de la niñez y también un signo de la inmadurez del joven. Los actos impulsivos es otra caracterÃstica del protagonista, en ocasiones temerarios y absurdos, provocarán alguna situación rocambolesca.
Salinger aprovecha esta mirada inmaculada hacia el mundo para criticar nuestra sociedad, esa forma de vida castradora, gris, estricta y, en cierta forma, absurda y antinatural.
El desenfadado lenguaje juvenil del narrador, con el léxico limitado y las interjecciones propias de esa edad, convierten el libro en otro testimonio del mundo de la adolescencia. La lectura es fluida, ágil, pero acaba por saturar conforme avanzas en el libro debido a la repetición de comodines expresivos y la propia limitación mental y expresiva del adolescente. La novela hubiera funcionado mejor si en algunos temas, recurrentes, utilizara la sÃntesis: por ejemplo, el autor dedica párrafos enteros en los que somos testigos de las limitaciones del protagonista al describir un argumento, de una pelÃcula, un libro o una obra teatral (hubiera bastado con uno o haber sido mucho más breve).
Este aspecto lastra la novela más de lo que pueda parecer en apariencia y pierde parte del interés inicial. Desde luego "El guardián entre el centeno" no es una obra maestra pero sà que es una de las más originales y acertadas en describir el mundo del adolescente. Se comprende que muchas generaciones de jóvenes se hayan visto reflejadas en esta novela.
Editorial: Edhasa
Páginas: 274