La lengua en pedazos
Teresa de Jesús recibe la visita del Inquisidor: dos posturas enfrentadas en un interrogatorio y que deberían generar un interesante debate reflexivo, debería, pero no acontece.
Cuando el eje de la obra es el enfrentamiento de dos personajes opuestos, hay varios elementos fundamentales para generar el interés por lo representado: la caracterización de los protagonistas enriquecida por sus matices u oscilaciones ante el oponente, la profundidad de los puntos de vista que generan el conflicto, el choque de ideas que provoca la reflexión y, en ocasiones, evolución de personajes... Nada de esto he encontrado en la obra de Mayorga. Tras la exposición inicial, la repetición y el cansancio.
Una obra sin acción, apoyada en la lucha intelectual de los protagonistas en liza, tiene que tener la complejidad suficiente, aunque su exposición pueda ser sencilla, para que tenga su razón de existir: exige al dramaturgo un trabajo mucho más duro, atento a las sutilezas del alma y la mente, del que es difícil salir airoso. "La lengua en pedazos" es un ejemplo.
La fuerza de la representación recae en la gran interpretación de Daniel Albaladejo, un excepcional actor de teatro clásico que ya nos ha hecho disfrutar de su calidad interpretativa, su voz maravillosa, su dominio de la escena. Clara Sanchis, por el contrario, no me ha convencido en este papel que ha abordado desde la llaneza con una pobre dicción, muy palatina, casi nasal... en definitiva, inexpresiva.
El movimiento de sillas y el cambio innecesario de vestimentas en escena es el elemental recurso que veo por enésima vez, recurso "cansino" y pobretón.
Tras el subidón de "El Golem" y "Silencio", la caída al teatro más adormecedor de Mayorga. ¡Lastima!
Texto y dirección: Juan Mayorga Intérpretes: Clara Sanchis, Daniel Albaladejo
Escenografía: La Loca de la Casa Iluminación: Miguel Ángel Camacho Vestuario: La Loca de la Casa y Helena Sanchis Ayudante de dirección: Viviana Porras
Teatro: Teatro del Barrio
Duración: 80 minutos
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