Rimas y Leyendas de Bécquer
LEYENDAS
Volver a leer "Rimas y Leyendas" de Bécquer es un ejercicio con resultados previsibles. El romanticismo que enamora en la juventud no perdura en la madurez. Hay poesías inolvidables que permanecen en un trocito de tu corazón. Las leyendas sobrenaturales no perturban nuestros espíritus y ahora se leen como ingenuo entretenimiento.
Las 79 rimas conforman un conjunto irregular, como toda colección poética. Una veintena seguirán perdurando fruto de la inspiración y del genio irrepetible de Bécquer.
Me centraré en las leyendas.
La mayoría de las publicaciones ofrecen una selección de las 30 leyendas que publicó en diferentes periódicos como "El Contemporáneo" y "La América" entre 1858 y 1865.
Son relatos que viajan a un pasado de nobles caballeros y damas, palacios e iglesias góticas, atardeceres y noches inquietantes; un paisaje de lugares yermos y solitarios sembrados de leyendas, supersticiones, maldiciones y fantasmas, muertos en espera de justicia... historias que se cuentan a la luz de la lumbre entre la ruda gente de esas tierras.
El incrédulo frente al temeroso, el personaje racional que sufrirá las consecuencias de su incredulidad, siempre la duda inicial (como la del lector) que se enfrenta a lo sobrenatural. El lugar prohibido, la fatalidad, ya sabemos desde el principio que el protagonista acudirá al lugar donde sufrirá las consecuencias, la muerte, la maldición o la desgracia.
Bécquer crea una atmósfera apropiada para sus historias, en la que el lector va sugestionándose conforme lo hace el protagonista. Sus descripciones van más allá del paisaje, como en un cuadro, la luz es importante pero todavía más los sonidos de la naturaleza: llena de rumores, murmullos lejanos que pueden ser ocultas voces, pisadas o bien hojas que se mueven, imaginación o sueño... o realidad sobrenatural. A veces son los ruidos nocturnos en las habitaciones palaciegas o en las iglesias, los monasterios solitarios. Una descripción gótica que nos acerca al límite de lo real o lo imaginado, la duda del protagonista paralela a la del lector, para acabar con la certeza o el misterio consumado al final, como testigos de los hechos pasados y narrados por generaciones posteriores.
Las historias son sencillas, a veces ingenuas, pero no carentes de cierto encanto y de poéticas o desgarradoras "imágenes". Entre las leyendas más bellas se encuentra "Los ojos verdes", la historia de una atracción fatal, o "La promesa" con uno de los finales más inquietantes y visuales. Tienen su justificada fama "El monte de las Ánimas" o "Maese Pérez el organista".
Estas leyendas son relatos muy cortos que se leen con fluidez aunque recomiendo ir leyéndolos de forma intercalada, con sus rimas u otras lecturas, para evitar cierto cansancio inevitable por la repetición de recursos narrativos y descriptivos: fueron escritos para leerlos por separado, su reunión fue posterior.
Hay múltiples ediciones con estas obras.
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