top of page

Testigo de cargo



La famosa obra de Agatha Christie que ella misma adaptó para el teatro y fue llevada al cine por Billy Wilder se sube a escena otra vez. En esta ocasión con una versión muy floja que apenas entretiene.




Una anciana rica es asesinada y el principal sospechoso es un joven vecino, casado y sin empleo, que en los últimos meses se convirtió en su amigo íntimo. La asistenta escuchó poco antes del crimen las voces del joven y su señora. Además, el acusado es el único heredero de la fortuna... Todo un reto para que un famoso y cínico abogado acepte este caso imposible.


Lo más destacable de esta representación es una dirección escénica que, en muchas ocasiones, no consigue la verosimilitud de lo representado, remarcado por el hieratismo e inmovilismo de los actores en escena. Si exceptuamos la buena interpretación de Fernando Guillén Cuervo, la ausencia de vitalidad y credibilidad es desoladora. María Zabala como procuradora no convence en ningún momento (ni siquiera resulta natural cuando está observando al resto de personajes), Isabel Stoffel exagera su rol y no encaja ni como una imitación de Marlene Dietrich, Bruno Ciordia (como el acusado) defiende de forma aceptable su papel, Adolfo Fernández (como el juez) también aceptable en sus intervenciones aunque poco expresivo cuando no tiene diálogos.

La precipitada y exagerada escena final, donde se produce la famosa vuelta de tuerca, es un ejemplo evidente de las carencias en la dirección. Las frecuentes situaciones que no resultan creíbles, en las que como espectador me veo como observador externo de una representación que es puro juego escénico (sin ninguna implicación en lo que ocurre), consiguen que toda la obra se reduzca a un superficial divertimento.


No facilita nada el pobre espacio escénico: unas banquetas y un fondo con vídeo en el que se escribe el texto introductorio de cada acto (con letra pequeña para el fondo del teatro) y en el que se dibuja a carboncillo los actores del juicio. Los actores mueven las banquetas para "crear" diferentes ambientes y sacan los elementos de atrezo del interior...

Otro de los errores de dirección es colocar al juez sentado en una banqueta a la misma altura que el resto y los abogados tapan a dicho juez durante el interrogatorio. Es inevitable que el espectador, como en la vida real, tenga en mente a un juez en posición más elevada en una sala de juicio que lo aquí planteado por lo que la sensación de representación como elemento falso y no veraz se acentúa.


Una obra para pasar el rato sin ninguna pretensión o exigencia.




Texto: Agatha Christie

Versión: Roberto Santiago

Dirección y espacio escénico: Fernando Bernués

Intérpretes: Fernando Guillén Cuervo, Isabelle Stoffel, Bruno Ciordia, Adolfo Fernández, María Zabala, Markos Marín, Borja Maestre y Nerea Mazo

Iluminación: Ciru Cerdeiriña

Música original y audioescena: Orestes Gas

Diseño audiovisual: David González

Vestuario y caracterización: Elda Noriega

Ayudante de dirección: Virginia Rodríguez

Teatro: Fernán Gómez Del 19 de diciembre al 26 de enero de 2025

Duración: 100 minutos

Comentarios


Busco...
PRÓXIMOS RETOS
OBRAS DE TEATRO
OBRAS DE LITERATURA

Únete ahora a nuestra lista de correo

bottom of page